domingo, 28 de enero de 2018

Nuestro Alimento Espiritual



Bien venidos sean todos mis muy apreciados y queridos hermanos Dios Bendiga vuestras vidas y les conceda paz y sabiduría. 

Continuamos con el estudio de hoy
Primer ciclo
Elementos fundamentales de su fe
Curso D: Cristo y la cruz
Lección 3:  La cruz: un símbolo del amor supremo.
Lección 3, sección 2
objetivos:  Al finalizar esta sección de la lección 3, usted, como estudiante, debe ser capaz de:
A.        Entender la correlación entre el carácter de Dios y su castigo obligatorio por causa del pecado.
B. Identificar las tres razones por las cuales la cruz de Cristo refleja el amor de Dios.

Bastante a menudo me encuentro con personas que preguntan: Bueno, si Dios puede hacer cualquier cosa que Él quiera, ¿por qué no pudo haber dicho, simplemente al mirarnos… ustedes están perdonados? ¿Por qué tenía que morir su único Hijo?

Esta es una buena pregunta. Después de todo, Dios tiene el derecho y la autoridad para hacer una declaración así. Entonces, ¿por qué no lo hizo?

Es preciso comprender que Dios es un Dios de justicia y santidad. Dígalo en voz alta: Dios es un Dios de justicia y santidad.

Este es un aspecto importante que repetiremos varias veces. Su justicia exige un castigo por el pecado, y ese castigo, según la Escritura, es la muerte. Romanos 6:23 Si Él sencillamente ignorara la culpabilidad del hombre, esto sería para Él un acto contrario a su propia naturaleza, lo cual es algo que Él no puede hacer ni hará. 

Dios no puede eludir su justicia; éste es un aspecto importante de su carácter mismo. Después de todo, si negara su propio carácter, Él cambiaría; y la misma Escritura dice que Él es el mismo ayer, hoy y mañana. Hebreos 13:8 Por esta razón, su justicia exigía que se pagara el precio apropiado por nuestro pecado.

Responda por favor ¿Falso o verdadero?
Debido a que Dios es justo e inmutable, no estuvo dispuesto a declarar el perdón sin un castigo por el pecado, aun a expensas de su propio Hijo.

Ahora bien, ¿dónde nos dejó a nosotros el castigo de Dios por el pecado, o sea la muerte?  Bueno esto es simple práctico y sencillo… nos dejó a todos en graves aprietos, porque todos nosotros somos totalmente culpables e impotentes delante de Dios.

Toda persona que haya pisado alguna vez esta tierra con la excepción de Jesús es culpable de pecado. Si alguien dice que no es pecador, la Escritura afirma claramente que éste se está engañando a sí mismo. 1Juan 1:8

Por esta razón, nosotros sabemos que somos culpables y no podemos hacer nada para merecer nuestro perdón y salvación.

En la primera de las lecciones de este trimestre se examinó a fondo el problema del pecado del hombre, el cual somos incapaces de resolver.
Y bien, para que Dios pudiera salvar a alguno de nosotros, alguien que jamás hubiera pecado… y quien no tenía que purgar ningún castigo por sí mismo, y que por lo tanto sería impecable y perfecto, tenía que estar dispuesto a llevar sobre sí la deuda de pecado del mundo entero. 

Por consiguiente, Jesucristo, el Hijo santo y perfecto de Dios, se ofreció a sí mismo voluntariamente.
Colgado en aquella cruz, Jesucristo tomó sobre sí mismo todo nuestro pecado, y permaneció solo, como el portador de nuestro castigo.

La ira total de Dios fue descargada contra Él, dejando sin ninguna condenación a cualquiera que haya aceptado a Jesús como Señor. Romanos 8:1y2

Estimado amigo, no piense ni por un momento que la salvación es barata. Todo lo que tenemos que hacer es invocar el nombre del Señor Jesús para ser salvos.

Sin embargo, el no haber tenido que pagar nosotros mismos el precio no significa que no fuera costosa. De hecho, la salvación es lo más costoso que el hombre haya conocido alguna vez; ésta le costó a Jesús todo.

¿Y cuál fue el resultado del acto de sustitución de Jesús? La Biblia testifica que el sacrificio de Cristo le brindó a toda la humanidad el perdón y la salvación universal. Significando esto que cualquiera puede ser salvo; todo lo que tiene que hacer es poner su fe en Jesucristo. 

Romanos 10:9 enseña este importante principio: Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Y Romanos 10:13 lo manifiesta con claridad: Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Pienso que la manera de declarar esto que a mí más me gusta, es la que usa el apóstol Pablo en Gálatas 1:4: [Jesús] se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo.

¿Se ha percatado usted de que su salvación fue una operación de rescate?
Esta es una imagen impresionante, porque todos nosotros podemos identificarnos con trabajadores de rescate heroicos que ponen en peligro sus vidas para salvar a aquellos que no pueden socorrerse a sí mismos.

De una forma muy elemental, esto puede ayudarnos a entender lo que hizo Jesús: Necesitábamos ayuda, y no podíamos socorrernos a nosotros mismos; Él era el único que podía rescatarnos, y, por esta razón, actuó a favor nuestro.

¿Por qué es la cruz el símbolo del amor supremo? Porque representa al hombre, a Jesucristo, quien renuncia a su vida y a su perfecta unión con Dios.

Representa el dolor que Él experimentó.
Representa el valor y el mérito con el cual Él miró a cada hombre y mujer.
Representa la carga que nos correspondía llevar a nosotros mismos.
Y representa la buena disposición de Cristo de recibir ese castigo, para que nosotros no tuviéramos que recibirlo. 
El amor de Cristo en la Cruz es la salvación y la sustitución que ella ofrece.  Él renunció a todo para que usted y yo pudiéramos salvarnos. Eso es amor.

¡Dígame! ¿Cuál de las siguientes No es una razón de que la Cruz simboliza el amor que Dios tiene por usted y por la humanidad?

A. Jesús se puso en el lugar de cada hombre y mujer y aceptó el pago por el pecado de ellos, en nombre de ellos.

B.        Jesús fue víctima del castigo cruel de los incrédulos.

C.        Jesús murió para que todos lo que le invocan y crean sean salvos, lo cual proveyó universalmente la salvación para todos los que la acepten.


D. Jesús padeció voluntariamente un dolor emocional, físico y espiritual para pagar una deuda que Él no debía.

Señor, era yo quien merecía colgar en esa cruz; fue mi pecado el que puso a Jesús ahí.  Gracias por el sacrificio amoroso, misericordioso y salvador de Jesucristo, quien llevó el peso de mi castigo, para que yo te pudiera conocer íntimamente como mi Padre celestial.  Gracias mi Señor, realmente eres importante para mí. Te amo… Oro a Ti Padre Santo, en el Glorioso y Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo Mi Señor Salvador y Mediador Amen

Bendiciones y hasta pronto

No hay comentarios: