domingo, 31 de diciembre de 2017

El resultado de nuestra obediencia




Lucas 5:1 al 11

Ya hemos aprendido que la obediencia a Dios en las cosas pequeñas es un paso esencial para recibir bendición. Y es muy importante que comprendamos que lo que Él nos pide que hagamos nunca es insignificante… aunque no siempre podamos reconocer la importancia de aceptar lo que el Señor nos pida.

Como hijos de Dios, debemos preguntarle qué quiere Él que hagamos cada día ¿Qué quieres que diga o cuál es la mejor decisión, Señor? Tenemos que aprender a escuchar a nuestro Padre celestial, y a ser sensibles a la sutil voz que nos impulsa a lo largo del día.

Si mantenemos nuestra mente en sintonía con el Dios todo Poderoso, comenzaremos a entender el significado de algunas decisiones que, de otra manera, apenas nos daríamos cuenta.

En última instancia, esta conciencia dará lugar a un estilo de vida de caminar con el Señor, y entonces recibiremos lo mejor que Él tiene para nosotros.

Una cosa que sé con certeza es que cada vez que he obedecido a Dios, he podido ver sus Bendiciones en mi vida. El costo de desobedecer es muy alto. Estamos hablando de un Dios que nos ama incondicionalmente, y que tiene un plan perfecto. Obedecerle jamás nos decepcionará.

Al mirar el 2017 ¿puede usted ver la sabiduría del Señor cuando le guio a tomar decisiones correctas? Al mirar atrás y ver la manera tan preciosa como el Señor le ha guiado durante todo el año, sabrá con certeza que puede entregarle es nuevo año 2018, simplemente sea obediente y vea como Él toma el control. Entienda que cuando obedecemos a Dios, nuestro corazón se abre completamente para que su poder se derrame en nosotros.

Y no olvide que nosotros le amamos. Le deseamos un Feliz Nuevo año… Un fuerte abrazo y que la Santísima Biblia sea su alimento diario.

Bendiciones y hasta pronto

viernes, 29 de diciembre de 2017

Un tiempo para la Oración



Lucas 5:15 y 16

¿Dejó usted de lado alguna vez su tiempo diario de oración, pensado… estoy demasiado ocupado para orar hoy?

Es necesario que entendamos, que cada vez que renunciamos al tiempo de intimidad con Dios para hacer otra cosa, estamos haciendo una declaración en cuanto a nuestras prioridades. Es una manera no tan sutil de decir: Jesús, mi agenda es más importante para mí que tú, hoy. Tendré que ponerme al día contigo más tarde.

Todos hacemos esto de vez en cuando, ¿verdad? Dejar de orar a veces es muy fácil porque, dado que sabemos que el Señor está siempre allí, pensamos que podemos recuperar el tiempo después. Es como si menospreciáramos la presencia interior y eterna de Dios, pensando: El Señor estará allí mañana, ¡pero yo tengo que hacer esto hoy!

Lo que olvidamos es que el tiempo a solas con Dios es lo que nos da el poder para hacer frente a las tareas del día. Por tanto, cuanto más ocupado vaya a estar nuestro día, ¡más tiempo debemos pasar en oración!

La Biblia enseña claramente que el Señor Jesús daba prioridad a su tiempo a solas con el Padre. No puedo imaginar a ninguna otra persona que tuviera más en su mente, que tuviera más cosas que hacer, o que fuera más buscado que el Señor Jesús.

Sin embargo, las veces en que estaba más ocupado, eran las veces que lo vemos apartarse de las multitudes para orar.

Recordemos que Jesús es Dios; si Él consideraba necesaria la oración para prepararse para sus días más ocupados, ¡entonces ella es absolutamente esencial para el resto de nosotros!

Y por favor recuerde que nosotros le amamos y estamos orando por usted. Si tiene alguna petición de oración en particular comuníquese con nosotros al correo albeeto19betancourt@gmail.com

Bendiciones y hasta pronto