Filipenses 1:6
Jesús vino a nuestro
mundo para transformarlo, pero regresará para perfeccionar el trabajo que había
comenzado.
Es difícil saber lo que
realmente está pasando en la vida de las personas.
Por ejemplo, en la
iglesia la mayoría de las personas sonríen, saludan a sus amigos, y tienden a
dar una buena impresión.
Pero ¿qué tal si
pudiéramos ver la verdad de sus vidas manifestada en sus cuerpos físicos?
Descubriríamos que muchas están debilitadas por el dolor.
Sabríamos al instante
si les está sucediendo algo, y haríamos lo que pudiéramos para ayudarlas.
Así es probablemente
cómo Jesús percibía a las personas cuando trataba de ayudarlas.
Aunque en algunas de
ellas las dolencias físicas eran más evidentes, también discernía la oscuridad
espiritual y las heridas emocionales que las habían dejado devastadas.
Y aunque Cristo siempre
intervenía para sanarlas físicamente, su propósito principal era salvarlas del
pecado y darles vida en abundancia. Juan 10:10
Me pregunto cuántos
creyentes hoy podrían decir con sinceridad que disfrutan de ese gran regalo.
Sí, han sido salvos del pecado e irán al cielo, pero su vida parece más un seco
desierto que un arroyo desbordante.
Bendiciones y hasta pronto.