2 Timoteo 3:1-5
Si alguien le preguntara cómo
ve la sociedad donde vive, ¿Qué le diría?
Como creyentes en
Jesucristo, tenemos que entender la oscura realidad de nuestro mundo, pero a la
vez, es posible que nos sintamos obligados a ofrecer palabras esperanzadoras,
como cuando decimos que todo va a mejorar.
¿Qué dice la Biblia con
respecto a todo esto?
En su carta a Timoteo,
Pablo describe claramente la condición del mundo. Dice: También debes saber
esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos 2 Timoteo 3:1.
Ahora, él no dice que los tiempos
peligrosos vendrán por algún tiempo y que luego pasarán; lo que dice, es que se
establecerán y se quedarán así. Es
decir, así serán los tiempos en que vivimos.
A menudo oigo a la gente
hablar de esto, y de pronto dicen: Pues,
las cosas van a tener que mejorarse en algún momento, ¿no es cierto?
No. La Palabra de Dios dice exactamente lo
contrario, que cuanto más nos acerquemos al regreso de Cristo, más empeorará el
mundo.
¿Cómo cristiano, nos
sentimos obligado de alguna manera a darle ánimo a los demás, hablando sobre la
esperanza de un mundo mejor? ¿Piensa usted que si uno reconoce la decadencia el
decaimiento constante del mundo, estaría mostrando una fe débil o fuerte?
Entre más tenebrosos se
pongan los días, dos cosas van a suceder: Primero, vamos a ser el blanco de los
ataques que vienen de los no creyentes y del diablo.
Segundo, vamos a ser
lumbreras en un mundo oscuro.
Hasta una pequeña vela es
capaz de iluminar un cuarto entero.
De igual manera, un solo
creyente puede emitir grandes cantidades de luz a un mundo que está en
tinieblas.
Acuérdese
que todas las tinieblas del universo no
son capaces de extinguir ni una sola luz.
De hecho, entre más oscuro
esté el mundo, mayor será el impacto que tengamos sobre él.
Pues bien, sabemos que el
mundo se irá oscureciendo más y más hasta el regreso de Cristo, pero concretamente
Pablo bosqueja las
peculiaridades de nuestra sociedad en los días postreros, en 2 Timoteo 3:2 al 8,
donde dice que la sociedad se va a definir por las siguientes características:
1) El egoísmo. Las personas serán egocéntricas, arrogantes,
y motivadas por la codicia.
2) Blasfemos. Los hombres
y las mujeres serán unos blasfemos, tomarán el santo nombre de Dios en vano y
sus vidas se identificarán por lo profano.
3) Desobedientes. Como los padres se van a ocupar menos de sus
hijos, la gente joven se seguirá rebelando y se convertirán en unos adultos
hastiados y perturbados.
4) Ingratos. ¿Cuántas veces no hemos oído a alguien hablar
de lo mucho que le dan gracias a Dios?
En la mayoría de los casos el mundo no hace sino quejarse por lo que no
tienen. Lastimosamente, esta situación irá empeorando.
5) Sin afecto
natural. La gente se comportará de una
manera fría y recia ante las cosas de Dios.
Esto traerá como consecuencia, tanto una falta de respeto, como una falta
de interés por los demás las personas.
6) implacables. El ideal
del perdón irá desapareciendo paulatinamente más y más. La venganza y las represalias caracterizarán
más y más a nuestras relaciones.
7) Calumniadores. Describe
a la gente cuyas palabras son como flechas cortantes, llenas de amargura, y que
van destinadas a causarle dolor a los demás.
8) Desenfrenados intemperantes. La gente carecerá totalmente de disciplina y
le darán rienda suelta a su impetuosidad.
9) Crueles. Esto lo vemos hasta en los niños más pequeños
jóvenes, que se dejan arrastrar por la violencia en sus casas y en sus
colegios.
10) Traidores. Hoy por hoy
es difícil encontrar a una persona que se pueda confiar plenamente.
Tristemente, la confianza absoluta se ha convertido en un ideal anticuado en
este mundo tenebroso.
11) impetuosos. Hombres y mujeres que hacen lo que se les
viene en gana, sin tomar en cuenta el impacto que sus acciones puedan tener
sobre los demás.
12) Amadores de los
deleites. Nos hemos convertido en una generación
de personas identificadas con el adagio: si te sientes bien al hacerlo,
entonces hazlo. El mundo se fija más en lo que los hace sentirse bien, que en
la Palabra de Dios.
13) Con religiosidad
apariencia de verdad. 2 Timoteo 3:5 nos dice
que el mundo se caracterizará por personas que tendrán una apariencia de piedad,
pero esa religión vacía carecerá de esencia.
14) Resisten a la
verdad. Las personas que no quieren oír
la verdad, sólo quieren oír lo que los haga sentirse bien. Cuando la Palabra de Dios les indica que
deben tomar una decisión difícil, generalmente optan por los deseos de su
propio corazón.
Quizás nos parezca
desalentador este comentario sobre el ámbito mundial, y sobre lo que podamos
anticipar para el futuro.
Sin embargo, es algo que
también nos proporciona una asombrosa oportunidad, como hijos e hijas de Dios,
para irradiar a Jesús por medio de nuestro comportamiento y resplandecer más
que nunca, reivindicando así las áreas que se encuentran en tinieblas, para el
reino de Dios.
Bendiciones y hasta pronto