Deuteronomio 4:9-10
Proverbios 22:6
Efesios 6:1 al 4
Nuestro deseo como
padres cristianos es ayudar a nuestros hijos a convertirse en hombres y mujeres
de Dios.
Queremos que sepan que el Señor tiene un plan para ellos, y que son responsables
ante Él. Es muy importante que
enseñemos a nuestros hijos desde muy pequeños estas importantes verdades, pues
solo así su manera de pensar y sus decisiones serán conformes a los preceptos
de la Santa Palabra de Dios.
Una de las cosas más
importantes es enseñarles que parte de la voluntad de Dios, es que deben rendir
cuentas al Señor por sus acciones.
Es preciso entender
que, si nuestros hijos creen que su responsabilidad es solo con sus padres,
cuando no estén con mamá y papá es probable que piensen que no tienen que
responder ante nadie más.
Cuando nuestros hijos
objeten nuestras decisiones, deberíamos instarles a que hablen directamente con
su Padre celestial al respecto. Con el tiempo, desarrollaran la costumbre de
hablar de cualesquiera cosas con Él. Créalo que esta enseñanza les guiara
durante sus años de adolescencia y más allá.
Ahora bien: En vez de
darles un rápido no a algunas de sus peticiones, deberíamos instarles a que en
oración le pregunten a Dios sobre el asunto y qué quiere Él que hagan.
Debemos arriesgarnos a
confiar en su intimidad con Dios y decirles que después de conversarlo con el
Padre Celestial, cualquier decisión que decidan le apoyaremos. De esta manera no
estamos dudando del Señor, y le estamos dando a nuestros hijos la oportunidad
de practicar lo que le estamos enseñando: que son responsables ante Dios.
Entonces: Instruir en
la piedad a nuestros hijos, comienza antes de que ellos tengan una relación
personal con Cristo. Debemos continuar el proceso siendo modelos de rectitud toda
la vida.
Los niños necesitan
conocer el plan del Señor Jesucristo para ellos, y saber que son responsables
ante Él. También necesitan padres que intercedan en oración a favor de ellos
delante del Señor.
Recuerde sus hijos son
su reflejo, ellos quieren imitarles, tenga mucho cuidado con sus acciones.
Un fuerte abrazo para
todos ustedes, no olviden que les amamos y que son importantes para nosotros.
Bendiciones y hasta
pronto.
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