2. Corintios 12:5 al 10
El apóstol Pablo entendía lo que
significaba vivir bajo presión constante.
Según lo que podemos leer en sus
epístolas, sabía mucho en cuanto a dificultades y sufrimientos. Pero estaba más
instruido en la importancia de glorificar al Señor Jesús por medio de sus
debilidades.
Podemos aprender de Pablo y de nuestras
experiencias personales, que el preludio de una gran fortaleza es una gran
debilidad. Nuestros momentos de mayor debilidad cuando nos sentimos más
desesperados son precisamente los momentos en que Dios está libre de hacer su
obra más grande en nosotros, dándonos su poder y su fortaleza.
Es en esas dificultades cuando
susurramos: Padre, no puedo seguir adelante, y es precisamente el momento en que
recibimos la mejor preparación y el mayor poder para soportar la adversidad y
salir adelante con nuevas fuerzas.
La naturaleza humana clama por fuerzas,
valentía y suficiencia para enfrentar los problemas de la vida.
Por esta razón, muchas personas evitan
las pruebas severas y las experiencias difíciles para no tener que aceptar lo
débiles que son en realidad.
Se dicen a sí mismas soy capaz de
manejar la vida bajo las condiciones que he puesto; mis fuerzas son suficientes.
Pero nunca podremos entender el poder
sobrenatural que va más allá de nuestros límites, a menos que lo
experimentemos.
La única manera de tener la convicción
de la suficiencia del Señor es soportar la debilidad y luego ser testigos de la
fortaleza que surge de ella.
No importa lo que estemos pasando,
existe un gran poder al alcance de los hijos de Dios. Simplemente reconozcamos
nuestra necesidad de Él y sujetémonos a sus Preceptos
Y por favor recuerde usted es creación
de Dios.
Bendiciones y hasta pronto
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