Jesús dijo:
Permaneced en mí, y
yo en vosotros.
Como el pámpano no
puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que
permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer.
Estas cosas os he
hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido
Juan 15:4-5,11.
¿Qué significa todo
esto de permanecer?
Jesús usó la analogía de una vid para comunicar el elemento más
importante de la obediencia a Él.
Nuestra obediencia
debe crecer a partir de una estrecha relación con nuestro Señor Jesucristo.
De la misma manera que
los pámpanos producen frutos sólo cuando
están conectados a la vida y se alimentan de ella, así también nosotros podemos
producir los frutos de la obediencia sólo cuando estamos continuamente
conectados a nuestro
Señor, alimentándonos
y fortaleciéndonos.
Ese tipo de vida, una
vida de continua dependencia en obediencia a Cristo, no sólo le agrada a Él,
sino que también produce un gran gozo en
nosotros Juan15:11.
De manera que lo que
estamos considerando no es una resignación mórbida a una vida de miseria a
medida que cumplimos nuestras obligaciones con Dios, sino una vida que nos dará
la mayor sensación de relación y satisfacción personal.
Esa sensación de satisfacción
y nuestros frutos vienen en la medida en que en obediencia y por amor permanecemos
en Cristo.
¿Cómo podemos de
permanecer en Cristo?
Para vivir en una
estrecha relación con Él debemos depender de Él cuando necesitemos sabiduría,
fortaleza y dirección en la vida.
Para tener una
relación íntima con Él no debemos aferrarnos deliberadamente a una actitud
rebelde ni a una acción que sabemos deberíamos confesar y desechar.
La barrera a nuestra
relación desaparecerá, y seremos perdonados
si confesamos nuestros
pecados 1 Juan 1:5-10.
Permanecer también
significa que escuchamos atentamente lo que Dios tiene que decirnos en la
Biblia, no solamente obtener nuestra cuota diaria de lectura Bíblica
para el día, sino Meditando en actitud de
oración sobre lo que estamos leyendo.
De la misma forma en
que mostramos respeto y amor por una persona que nos habla, escuchando con cuidado y respondiendo, también tenemos que hacer de nuestro tiempo
de lectura Bíblica una ocasión para conocer a Dios.
Permanecer también
quiere decir que dedicamos tiempo a expresarle al Señor nuestros más profundos
pensamientos, heridas, deseos y detalles
de nuestra vida.
Él quiere que le
hablemos sobre nuestros éxitos y sobre lo que nos avergüenza.
Por favor comprenda
que Él está muy interesado en usted.
Bendiciones y hasta pronto