Bien venidos sean todos
mis muy apreciados y queridos hermanos Dios Bendiga vuestras vidas y les
conceda paz y sabiduría.
Continuamos con el
estudio de hoy
Primer ciclo
Elementos fundamentales
de su fe
Curso D: Cristo y la
cruz
Lección 3: La cruz: un símbolo del amor supremo.
Lección 3, sección 2
objetivos: Al finalizar esta sección de la lección 3,
usted, como estudiante, debe ser capaz de:
A. Entender la correlación entre el
carácter de Dios y su castigo obligatorio por causa del pecado.
B. Identificar las tres
razones por las cuales la cruz de Cristo refleja el amor de Dios.
Bastante a menudo me
encuentro con personas que preguntan: Bueno, si Dios puede hacer cualquier cosa
que Él quiera, ¿por qué no pudo haber dicho, simplemente al mirarnos… ustedes
están perdonados? ¿Por qué tenía que morir su único Hijo?
Esta es una buena
pregunta. Después de todo, Dios tiene el derecho y la autoridad para hacer una
declaración así. Entonces, ¿por qué no lo hizo?
Es preciso comprender
que Dios es un Dios de justicia y santidad. Dígalo en voz alta: Dios es un Dios
de justicia y santidad.
Este es un aspecto
importante que repetiremos varias veces. Su justicia exige un castigo por el
pecado, y ese castigo, según la Escritura, es la muerte. Romanos 6:23 Si Él
sencillamente ignorara la culpabilidad del hombre, esto sería para Él un acto
contrario a su propia naturaleza, lo cual es algo que Él no puede hacer ni
hará.
Dios no puede eludir su
justicia; éste es un aspecto importante de su carácter mismo. Después de todo,
si negara su propio carácter, Él cambiaría; y la misma Escritura dice que Él es
el mismo ayer, hoy y mañana. Hebreos 13:8 Por esta razón, su justicia exigía
que se pagara el precio apropiado por nuestro pecado.
Responda por favor ¿Falso
o verdadero?
Debido a que Dios es
justo e inmutable, no estuvo dispuesto a declarar el perdón sin un castigo por
el pecado, aun a expensas de su propio Hijo.
Ahora bien, ¿dónde nos
dejó a nosotros el castigo de Dios por el pecado, o sea la muerte? Bueno esto es simple práctico y sencillo… nos
dejó a todos en graves aprietos, porque todos nosotros somos totalmente culpables
e impotentes delante de Dios.
Toda persona que haya
pisado alguna vez esta tierra con la excepción de Jesús es culpable de pecado.
Si alguien dice que no es pecador, la Escritura afirma claramente que éste se
está engañando a sí mismo. 1Juan 1:8
Por esta razón,
nosotros sabemos que somos culpables y no podemos hacer nada para merecer
nuestro perdón y salvación.
En la primera de las
lecciones de este trimestre se examinó a fondo el problema del pecado del
hombre, el cual somos incapaces de resolver.
Y bien, para que Dios
pudiera salvar a alguno de nosotros, alguien que jamás hubiera pecado… y quien
no tenía que purgar ningún castigo por sí mismo, y que por lo tanto sería
impecable y perfecto, tenía que estar dispuesto a llevar sobre sí la deuda de
pecado del mundo entero.
Por consiguiente,
Jesucristo, el Hijo santo y perfecto de Dios, se ofreció a sí mismo
voluntariamente.
Colgado en aquella
cruz, Jesucristo tomó sobre sí mismo todo nuestro pecado, y permaneció solo,
como el portador de nuestro castigo.
La ira total de Dios
fue descargada contra Él, dejando sin ninguna condenación a cualquiera que haya
aceptado a Jesús como Señor. Romanos 8:1y2
Estimado amigo, no
piense ni por un momento que la salvación es barata. Todo lo que tenemos que
hacer es invocar el nombre del Señor Jesús para ser salvos.
Sin embargo, el no
haber tenido que pagar nosotros mismos el precio no significa que no fuera
costosa. De hecho, la salvación es lo más costoso que el hombre haya conocido
alguna vez; ésta le costó a Jesús todo.
¿Y cuál fue el
resultado del acto de sustitución de Jesús? La Biblia testifica que el
sacrificio de Cristo le brindó a toda la humanidad el perdón y la salvación
universal. Significando esto que cualquiera puede ser salvo; todo lo que tiene
que hacer es poner su fe en Jesucristo.
Romanos 10:9 enseña
este importante principio: Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Y
Romanos 10:13 lo manifiesta con claridad: Porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo.
Pienso que la manera de
declarar esto que a mí más me gusta, es la que usa el apóstol Pablo en Gálatas
1:4: [Jesús] se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente
siglo malo.
¿Se ha percatado usted
de que su salvación fue una operación de rescate?
Esta es una imagen
impresionante, porque todos nosotros podemos identificarnos con trabajadores de
rescate heroicos que ponen en peligro sus vidas para salvar a aquellos que no
pueden socorrerse a sí mismos.
De una forma muy
elemental, esto puede ayudarnos a entender lo que hizo Jesús: Necesitábamos
ayuda, y no podíamos socorrernos a nosotros mismos; Él era el único que podía
rescatarnos, y, por esta razón, actuó a favor nuestro.
¿Por qué es la cruz el
símbolo del amor supremo? Porque representa al hombre, a Jesucristo, quien
renuncia a su vida y a su perfecta unión con Dios.
Representa el dolor que
Él experimentó.
Representa el valor y
el mérito con el cual Él miró a cada hombre y mujer.
Representa la carga que
nos correspondía llevar a nosotros mismos.
Y representa la buena
disposición de Cristo de recibir ese castigo, para que nosotros no tuviéramos
que recibirlo.
El amor de Cristo en la
Cruz es la salvación y la sustitución que ella ofrece. Él renunció a todo para que usted y yo
pudiéramos salvarnos. Eso es amor.
¡Dígame! ¿Cuál de las
siguientes No es una razón de que la Cruz simboliza el amor que Dios tiene por
usted y por la humanidad?
A. Jesús se puso en el lugar
de cada hombre y mujer y aceptó el pago por el pecado de ellos, en nombre de
ellos.
B. Jesús fue víctima del castigo cruel de
los incrédulos.
C. Jesús murió para que todos lo que le
invocan y crean sean salvos, lo cual proveyó universalmente la salvación para
todos los que la acepten.
D. Jesús padeció voluntariamente
un dolor emocional, físico y espiritual para pagar una deuda que Él no debía.
Señor, era yo quien
merecía colgar en esa cruz; fue mi pecado el que puso a Jesús ahí. Gracias por el sacrificio amoroso,
misericordioso y salvador de Jesucristo, quien llevó el peso de mi castigo,
para que yo te pudiera conocer íntimamente como mi Padre celestial. Gracias mi Señor, realmente eres importante
para mí. Te amo… Oro a Ti Padre Santo, en el Glorioso y Santo Nombre de tu Hijo
Jesucristo Mi Señor Salvador y Mediador Amen
Bendiciones y hasta
pronto