jueves, 25 de febrero de 2016

LA LIBERTAD DE LA OPRESIÓN.



En Lucas 4:18 el Señor Jesús dijo: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos.

Una de las funciones de Cristo como Mesías es traer libertad de la opresión.

Cualquier cosa que nos mantenga cautivos debe soltarnos de sus garras cuando le ordenamos que lo haga en el nombre de Jesucristo. Lucas 10:17.

El pecado, o cualquier esclavitud emocional, no pueden gobernar nuestra vida. El único poder que el pecado tiene sobre ella es el que nosotros le concedamos; o sea, que se trata de lo que nosotros decidamos hacer.

Podemos tomar la decisión de pecar y rechazar el plan de Dios para nuestra vida o podemos elegir seguir a Cristo en obediencia.

No hemos sido destinados para ser pecadores ni hemos nacido a una vida de temor.

La duda contribuye poderosamente al temor. Cuando dudamos de la habilidad de Dios para mantenernos y suplir nuestras necesidades, tenemos temor.

Muchos han adoptado el punto de vista de que el hombre es el centro del universo y que todo lo que ocurre debe ser controlado por él.

No obstante, la necesidad de estar a cargo de nuestro propio destino tiene un gran defecto. Nosotros no somos todopoderosos ni podemos evitar que acontezcan ciertos eventos, sólo Dios es soberano.

En última instancia Él es la única fuente de nuestra seguridad.

Bendiciones y hasta pronto

No hay comentarios: