15 Mirad, pues, con diligencia cómo
andéis, no como necios sino como sabios,
16 aprovechando bien el tiempo, porque
los días son malos.
17 Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Para
hacernos servidores útiles en su reino, Dios destruirá nuestra terquedad,
nuestra vena independiente que pone al "yo" primero. Él no quiere
destruirnos; solamente quiere transformar lo que nos impide ser un reflejo de
Jesucristo.
Nuestro
Padre celestial ve lo que somos realmente, y por eso apunta a las áreas de
nuestra vida que estorban en nuestro crecimiento como cristiano. Las actitudes
de orgullo, envidia, ira y falta de perdón deben ser enfrentadas para que el
amor y la verdad de Dios fluyan a los demás por medio de nosotros. Efesios
4:31,32
Para generar el cambio, Él nos disciplinará severamente y mantendrá la presión
hasta que respondamos.
El Señor
desea lo mejor para nosotros, y hará lo necesario para producir una
transformación en nuestros pensamientos, actitudes, acciones y prioridades.
Bendiciones
y hasta pronto
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