jueves, 28 de mayo de 2015

El beneficio de las aflicciones





Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias.

Muchas veces nos acercamos a Dios en oración pidiéndole que nos quite las aflicciones que nos atacan sin darnos cuenta de porque el Señor nuestro Dios las ha permitido.

Estoy plenamente convencido de que nuestro Dios proveerá la salida a cualquier dificultad que se presente en nuestra vida o en nuestro país, pero no lo hará hasta que tal dificultad nos muestre la verdad por la cual el Señor la permitió.

Creo que lo importante sería preguntarnos que quiere el Señor enseñarnos al permitir tales dificultades, es posible que este llamando nuestra atención a fin de que lo veamos como el Único soberano y buen Dios, como nuestro proveedor y como nuestro amigo.

Quizá de una u otra manera nos hemos olvidado de sus maravillas y ya no lo veamos como aquel que un día nos liberó de la esclavitud del pecado, es posible que por tal motivo nos muestra la senda del quebrantamiento con el firme propósito de acercarnos más a Él y así volvamos a verlo como lo más importante en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestra sociedad, en nuestro trabajo, en nuestras escuela, en nuestras universidades, en nuestras empresas, en nuestro país y en nuestras Iglesias

¡Dígame! ¿Qué es más importante para usted? ¿Que el Señor quite las dificultades de su vida? O ¿Aprender lo que Él quiere enseñarle por medio de las dificultades?

Bendiciones y hasta pronto

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