lunes, 30 de marzo de 2015

¿Quiere usted ser Discípulo de Jesús?






Necesitamos ser discipulados

La finalidad del Señor Jesús siempre fue y es clara en cuanto a las farsas esperanzas que tenía el pueblo con relación a Él. Por tal motivo introduce de manera simple práctica y sencilla, medios por los cuales el pueblo pueda claramente comprender lo básico para así vivir con una esperanza segura.

El Señor Jesús comienza a explicar que la fe sólo debe estar fundamentada en su palabra.

El pueblo de Israel mostraba por medio de sus actitudes y acciones que no creía lo que los profetas decían con relación al Mesías

Es necesario aclarar que algunos de ellos habían creído en Jesús, pero creían a sus conveniencias. En pocas palabras, ellos querían que Jesús se adaptara a sus expectativas tocantes a la manera como ellos querían ver al mesías, dejando a un lado todo lo que habían aprendido desde el principio, e incluso ignorado las enseñanzas de Jesús.

Claramente vemos la evidencia de su negación tocante a creer y aceptar a Jesús tal y como lo habían presentado los Profetas Tenemos pruebas en este mismo pasaje, porque en el momento en que Jesús aclaró que la libertad que había venido a traerles era libertad de sus pecados, inmediatamente se enfrentaron a él y quisieron matarle Juan 8:59

Esto nos debe hacer reflexionar seriamente sobre la necesidad de colocar nuestra fe en lo que Dios ha revelado de sí mismo a través de su Palabra, y no en lo que surge de nuestra propia imaginación. Porque fácilmente podemos seguir a un Jesús a quien hemos creado en nuestra conciencia religiosa, pero que nada tiene que ver con su verdadera identidad. En ese caso, por mucha fe que tengamos, no servirá de nada. Será simplemente una mera profesión sin ningún valor para salvarnos.

La segunda cosa que el Señor les explicó es que la verdadera fe es perseverante: si vosotros permanecéis en mi palabra. Es relativamente fácil comenzar una nueva experiencia religiosa impulsada por el acaloramiento del momento, pero cuando empiezan a apagarse esas emociones, cuando se disipa la novedad y el diablo comienza a tentar con obstinación, sólo los verdaderos creyentes perseveran. Así se refirió el Señor a ellos en la parábola del sembrador:  Lucas 8:15 Más la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

La prueba de que la fe es auténtica se demuestra por la permanencia en la Palabra de Dios. Lo que el Señor les estaba diciendo a aquellos que creían en él era que su futura lealtad a su enseñanza demostraría la realidad de su profesión. De otra manera, si no perseveraban en la fe, no habría que pensar de ellos que habían perdido la fe, sino más bien que su fe no había sido auténtica desde el comienzo.

Y lo tercero que el Señor les quiere dar a entender es que creer en él implica necesariamente entrar en una relación de discipulado. Y un discípulo verdadero es aquel que profundiza constantemente en la verdad revelada en su Palabra, se somete a ella y hace de ella la norma de su vida. En este sentido es interesante notar que en el libro de los Hechos, los primeros creyentes fueron conocidos como discípulos Hechos 9:10;26 Seguramente, una de las mayores necesidades del pueblo de Dios en este tiempo sea el convertirnos en discípulos de Jesús.

¿Quiere usted ser Discípulo de Jesús?

Bendiciones y hasta pronto



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