Romanos 8:31-32
dice que: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”. Es decir, puesto que el Padre permitió que el Señor Jesús fuera a la cruz para ser sacrificado
por nosotros, no debemos dudar de que Él
suplirá nuestras necesidades.
Él sabe lo que
nosotros creemos necesitar, así como cuál
es nuestra realidad; sabe lo que deseamos así como lo que necesitamos, por lo que puede distinguir
entre las dos y nos da lo mejor.
En el Salmo 37.4
dice: Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.
Dios se deleita en Bendecirnos, pero notemos
que no dice que nosotros recibiremos todo lo que deseamos. En efecto, si así lo
hiciera, no cabe duda que nosotros no quedaríamos satisfechos con lo que pedimos. Pero nuestro Padre celestial
sabe lo que debe rehusarnos y lo que debe
darnos para que podamos cumplir sus propósitos
en todo momento
¿Tiene usted
un problema de difícil solución que le impida confiar plenamente en Dios? No olvide que Dios le ama tanto que envió a su Hijo a morir por usted a fin de liberarlo del poder del pecado y que ante la tragedia o la adversidad,
su Padre celestial controla todo lo que le rodea y usted no carecerá de lo que necesite, cuando lo necesite.
La verdad fundamental más importante que usted necesita saber es que Jesús le ama y que Él es su Salvador, esta verdad le puede transformar radicalmente su actitud ante cualquier conflicto. Por tal motivo deposite hoy toda su confianza en el Señor y de esta manera usted podrá decir que es más que vencedor, por medio de Aquel que le amó Ro 8.37
Bendiciones
y hasta pronto
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