martes, 14 de abril de 2015

La obediencia




 
Necesitamos aprender a obedecer a Dios 
    
La Biblia dice en Romanos 8:2,3 y 4 de la siguiente, manera: Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu

Hoy es muy difícil escuchar desde los pulpitos la exhortación a la obediencia. La cuestión es simple practica y sencilla los predicadores de este tiempo creen saber más que Dios. Ellos piensan que el tema de la obediencia no atrae la atención de grandes multitudes, ya que suena a seguir órdenes o someterse a leyes y mandamientos.

Después de todo, ¿no vino Jesús a hacernos libres de todo eso? Bueno en realidad el término ha sido malinterpretado pues la libertad de la que habla Jesús es como dice romanos 8: 2 al 4, analice bien el pasaje. Él vino para hacernos libres de la ley del pecado y de la muerte, para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros.  En otras palabras, Él nos hizo libres de la desobediencia. La libertad que ofrece Cristo nos hace libres para obedecer los mandamientos de nuestro Padre celestial.

Ahora bien: entiéndase que la verdadera libertad es la capacidad que se alcanza mediante la práctica de hacer y vivir los principios básicos da la Palabra de Dios plasmados en la Biblia. Vivir los principios básicos de la Palabra de Dios es obedecer a Dios. Hebreos 5:8 dice que aunque Jesús era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.

Al comienzo, todo parecen sencillos; hacemos simplemente lo que nuestros maestros nos dicen, pero después aprendemos a discernir la voz del príncipe de los pastores Él nos dice que debemos vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios Mateo 4:4. Bajo su dirección, estudiamos la Biblia y encontramos que algunos pasajes se aplican a nosotros.

Muchas veces nos equivocamos, pensando que ciertos pasajes se aplican solamente al pueblo de Israel, a la iglesia o a los últimos tiempos. Sin embargo, con paciente persistencia, el Espíritu Santo nos presiona hasta que finalmente obedecemos la voz de Dios. El Señor es paciente por tal motivo nos enseña de manera lenta pero segura a cómo obedecer a su voz.

Bendiciones y hasta pronto

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